Para ubicarnos en el tiempo, he tomado como fecha referencial el año 1943, época de plena guerra mundial en Europa que asolaba gran parte del viejo continente. Quintero, en aquel entonces, a pesar de ser una incipiente comuna, unida con Puchuncaví, figuraba ya como un atractivo balneario de las antiguas provincias de Aconcagua y Valparaíso, por tal razón, muy visitada en épocas de verano, por connotadas familias de Santiago y otras ciudades. Sus medios de transporte eran el ramal ferroviario a San Pedro, lugar cercano a Quillota, donde se unía la red central Valparaíso Santiago; además había un naciente servicio de “micros”, que para salir del lugar debía hacerse vía Valle Alegre – Colmo y de allí Con Con Viña del Mar; lugar que hoy como buena medida ha sido habilitado mediante carretera asfaltada como camino alternativo o de uso permanente. Además había otra forma de salir, usando el ferrocarril con trasbordo en Con Con, donde lo esperaba un bote que lo llevaría a través del río Aconcagua a la otra ribera.
Este valor como balneario, traía a la zona no sólo turistas, sino también personas de bien, que dado lo apacible del lugar, lo terroso de sus calles y el característico viento, no dejaba de tener su encanto para descansar y olvidarse de la vorágine de la ciudad que crecía rauda  como toda metrópolis que avanza. Con el tiempo algunos visitantes se convertían en propietarios y vecinos; unos como   comerciantes,  otros  como  funcionarios;  los   menos   como profesionales y los más en calidad de potenciales habitantes estivales. Entre estos foráneos que asentaron raíces en Quintero, se menciona a don ALEJANDRO MORALES, destacada personalidad, quién era funcionario de la antigua compañía de seguros “La Consolidada”, dada la característica de las actividades que cumplía, era muy aficionado a la conversación y búsqueda de amigos, a unos para ofrecerles seguros, a otros para compartir los serenos días de pueblo provinciano.
Otro destacado vecino llegado era DON MOISES VERGARA, encargado de la antigua Caja Nacional de Ahorro, precursora del Banco del Estado. Sus salas de atención estaban donde hoy existe un restaurant denominado “La Oficina”. A estas alturas, ya estábamos en 1944, año que se producía la separación de las comunas de Quintero y Puchuncaví, donde la primera autoridad  fue por muchos años don RUPERTO BERNAL MENA, natural de la segunda comuna. Cuando Quintero se separó de Puchuncaví, quedaron muchos territorios, que por su aridez no interesaron a las autoridades comunales, pero Puchuncaví, más previsor, los inscribió en Bienes Nacionales a nombre de su comuna y hoy son prósperas zonas industriales. Mientras tanto, las dos personas nombradas anteriormente, ya habían hecho muchos amigos y por los contactos de sus cargos se relacionaban con vecinos de Quillota, quienes justamente, por interés de ampliar el distrito rotario, visitaban la ciudad y se contactaban con vecinos de actividad connotada para influenciarlos en el interés de crear en Quintero este tipo de Institución de Servicio, sin fines de lucro, que coopera con las autoridades para el progreso comunal, teniendo como lema la amistad y la promoción de servicio, debiendo así la persona   tener  una clasificación  de   la  actividad  profesional  que realiza, esta Institución era denominada Rotary Club, como ya había en Quillota, Viña del Mar, Valparaíso y otras ciudades.
Esta utópica idea quedó lanzada en Quintero, fueron varios los conocidos vecinos que pusieron serio oído a estos comentarios, que los visitantes se convirtieron en asiduos consejeros que entregaban normas y guías a los potenciales miembros del futuro club rotario; en esta forma se llegó al 23 de febrero de 1945, en que un grupo de quinteranos asesorados por rotarios de Quillota, efectuaban la primera reunión constitutiva, teniendo destacada participación su presidente de la época el Dr. ALEJANDRO VASQUEZ, convirtiéndose este Club en padrino. Del lugar donde se efectuó la primera reunión no hay antecedentes, algunos vecinos han aseverado que fue en el desaparecido “Hotel Quintero”.
Entre algunos de los socios fundadores mencionaré a los señores Alejandro Morales, Moisés Vergara, Alberto Contesse, Humberto Martán, Fernando Verchelli, Juan Garfe, tío y sobrino del mismo nombre y otros. Efectuaba la reunión constitutiva se enviaron los antecedentes a R.I. para su aprobación definitiva, al estar todo correcto, no tardó en llegar la Carta Constitutiva, con fecha 30 de Abril de 1945, acontecimiento que hoy justamente recordamos con regocijo.
Creada la institución se entregó de inmediato el trabajo de rotario, siendo su meta ideal cooperar con las autoridades en el adelanto comunal, el fomento del servicio y el patrimonio de la Educación y la Cultura. Como Rotary no necesita conducto regular para dirigirse a las esfera de gobierno, pronto la inquietud rotaria se hizo presente; aunque las respuestas tardaban ellas de todas maneras llegaba. Nombraré obras en que Rotary le cupo alguna participación: mejoramiento de calles, luz eléctrica, agua potable, pavimentación de la carretera a Con Con, iniciación de red de alcantarillado, salud, educación, creación Cruz Roja, posteriormente trazado carretera Nogales Puchuncaví , actual Juzgado, notaría, etc…
Entre algunos socios cuyo nombre no se puede omitir, mencionaré a LUIS PORTELL y PEDRO VEAS, el primero como comerciante fue el verdadero paladín que llevó a la realidad el Bien Raíz que posee Rotary; el segundo como alcalde y socio, dio todas las facilidades para que la institución llevara a feliz termino su edificación y fue uno de los impulsores de la Cultura y la Educación por su calidad de Profesor.
La meta soñada de R.C.Quintero, era la creación de una Biblioteca Pública con su patrimonio, se habían realizado muchos intentos pero habían fracasado por la ausencia de un lugar apropiado; fue así entonces que algunos socios soñadores compraron un sitio para levantar en él un bien raíz con locales comerciales de tal manera que a la larga se autofinanciase.
Llegó entonces el 21 de mayo de 1962, cuando se colocó la primera piedra de lo que mas tarde seria lo que esta noche nos alberga. Desde ese día sin contar con filántropos ni mecenas, se inició la tarea netamente rotaria, período tras período, se fueron sucediendo los trabajos hasta concretar la obra; actualmente saneada ante la Dirección de Obras Municipales y con impuestos de bienes raíces al día. Nos satisface decir que todos los ingresos que se producen son devueltos en su totalidad a la comunidad en servicios. Biblioteca lectora, biblioteca informática, con funcionarias rentadas, becas a estudiantes de enseñanza superior, este año se recibe un médico quinterano. Además cada una de las Avenidas de Servicio tiene sus propias actividades, se da realce al deporte, campañas del medio ambiente, seguridad ciudadana, ayuda a impedidos, promoción del trabajo, actividades de Semana del Niño, por nombrar algunas.
Un lugar preferencial ocupa nuestro Comité de Esposas, leales y efectivas  cooperadoras, quienes en forma intensa se entregan al servicio y otorgan prestigio a la institución, año tras años están presente atendiendo sus propias becas escolares, atienden semanalmente ancianos desvalidos, ayudan a los escolares entregando cantidad de calzados nuevos, otorgan apoyo económico mensual a Instituciones de la comuna, por nombrar las principales.
Desde nuestro inicio hasta ahora, ha sido un servicio ininterrumpido a nuestros semejantes. Hoy todos quienes conformamos Rotary Club de Quintero somos personas de trabajo, por nuestras aulas han pasado muchos ciudadanos útiles, que de acuerdo a su clasificación, han entregado y siguen aportando al servicio lo mejor de su especialidad, sin esperar recompensa. Somos una agrupación que pregona la amistad, el servicio, la paz mundial, el progreso y el bienestar de nuestros conciudadanos, no discutimos de política ni de religión; pero sí nos acaloramos cuando hay situaciones de extender el servicio, para proyectarnos y servir mejor.
EDUARDO VEGAS